La gran crisis de 1930 y la catástrofe que se produjo en el año 1960 dejaron muchas cicatrices, entre ellas la destrucción total y parcial de grandes construcciones de ese periodo y el quiebre de algunas industrias, que vivieron una época de esplendor y que hasta el día de hoy permanecen en la ciudad, pero como fósiles del pasado, creando sitios eriazos y deteriorando cada centímetro a su alrededor.
Esta realidad nos impulsa a investigar el contexto social de la ruina, su historia y el deterioro visual que produce en la actualidad.
sábado, 7 de abril de 2007
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